Del Jet Set a su visita soñada: Mensajes del papa Francisco al pueblo dominicano

Papa Francisco y Luis Abinader

 

Por: Lency Alcántara.

El Vaticano, Roma.- Durante su gestión como líder del Vaticano, el Papa Francisco envió varios mensajes significativos al pueblo dominicano, mostrando siempre cercanía y solidaridad. En su última intervención pública, realizada en el rezo dominical del Ángelus este Domingo de Ramos, Francisco recordó a las víctimas de la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set en Santo Domingo.

A pesar de su estado de salud, el pontífice expresó: «Que Dios las acoja en su paz y sostenga a sus familiares,« en un mensaje escrito debido a su recuperación tras una grave infección respiratoria que lo mantuvo hospitalizado por 38 días.

Francisco apareció brevemente en la Plaza de San Pedro en silla de ruedas, agradeciendo las oraciones de los fieles: «En este momento de debilidad física me ayudan a sentir aún más la cercanía, la compasión y la ternura de Dios,» afirmó.

Papa Francisco

En otro gesto de cercanía, el Papa envió bendiciones al presidente Danilo Medina y al pueblo dominicano durante un vuelo de regreso desde Panamá hacia Roma. El mensaje, transmitido por el piloto, destacó: «La providencia del Todopoderoso, voluntariamente la invoco. Para todos ustedes muchas bendiciones.»

Además, el Papa manifestó su interés en visitar la República Dominicana tras una invitación formal del presidente Luis Abinader. En una audiencia privada de 30 minutos en el Palacio Apostólico, ambos discutieron temas internacionales y locales. Abinader describió la reunión como «muy cordial y de alto conocimiento del jefe de la Iglesia Católica sobre los asuntos dominicanos.»

Francisco también dirigió un mensaje especial con motivo del Año Jubilar de la Virgen de la Altagracia, patrona del país. En su misiva, el Papa destacó la importancia de la convivencia fraterna y solidaria, exhortando a los dominicanos a fortalecer su fe y amor por Jesús y la Iglesia. En representación del pontífice, monseñor Edgar Peña Parra dejó a los pies de la Virgen la rosa de oro de los pontífices como símbolo de devoción.